
En las profundidades del bosque del norte.
Cerca del lago de hielo.
En el día mas nublado del año.
En la noche más oscura.
Justo en la parte más alta de la roca.
El lobo líder de la manada aullaba… Aullaba tan fuerte que despertó a su cachorro.
El cachorro sorprendido de ver a su padre aullar con gran fervor, se dirigió hacia el.
-Padre- dijo el pequeño lobo-. ¿A quien aullas?
-A la luna- respondió el gran lobo.
-Pero padre, no veo dónde se encuentra la luna, ¡ha desaparecido!- exclamó absorto al contemplar por primera vez un cielo sin luna.
-¿Por qué le aullas si no esta?
-Precisamente por eso hijo, para que no olvidemos que la luna está ahí aunque no la podamos ver por algún tiempo.
Recordemosle al mundo que los buenos tiempos existen, aunque no los veamos.
O. HERALTA
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